En un mundo en constante transformación condicionado por el capitalismo económico, el proyecto de investigación artística Hidrofonías Deltaicas explora a partir del paisaje sonoro del delta del Llobregat, el vínculo entre especies humanas/no-humanas, así como la forma que tenemos de relacionarnos en un entorno multiespecies. El proyecto gestado entre 2020-2022 abordó la creación de una instalación sonora que exploraba los diferentes aspectos ecosistémicos acontecidos tras la transformación medioambiental sucedida durante las últimas tres décadas, partiendo de la ecología acústica del lugar y el agua como material de trabajo. La ampliación del aeropuerto de Barcelona, el desvío del tramo final del río Llobregat y la ampliación del puerto han transformado el espacio causando afectaciones medioambientales de gran impacto ecológico. El proyecto formó parte de la exposición Imaginarios Multiespecies, el arte de vivir en un mundo de contingencia e incertidumbre (2022), celebrada en el centro de arte la Capella de Barcelona donde se combinaba una experiencia sonora a partir de los registros fonográficos realizados en los 20 principales sistemas hídricos del Espacio Natural del Delta del Llobregat, con las alteraciones sónicas producidas por el impacto acústico ambiental generado por la acción humana.
El proyecto Hidrofonías Deltaicas se presenta como una investigación artística destinada a visibilizar temas sociopolíticos, ecológicos y de interacción multiespecies en los ecosistemas, en un mundo continuamente transformado por el capitalismo económico. La especie humana, aunque no es el único agente de cambio en la era actual, está influenciada y moldeada por las dinámicas del capitalismo, alterando todos los ecosistemas circundantes. En el libro Seguir con el problema, Haraway (2019, 84) examina la idea del impacto humano en el medio ambiente desde una perspectiva antropocéntrica, atribuyendo la responsabilidad de la transformación ecosistémica al desarrollo humano y señalando que "si tan solo pudiéramos tener una palabra para estos tiempos, debería ser, Capitaloceno", una metáfora económica del momento como modelo geológico que evidencia la transformación del mundo que dejaremos para las arqueologías futuras.
Esta era del capital ha permitido un desarrollo económico globalizado que ha mejorado la vida de muchas personas, pero también ha causado la pérdida y destrucción de hábitats enteros. El desarrollo económico impulsado en todo el planeta ha tenido consecuencias desastrosas en nuestro país, evidenciadas en numerosos proyectos durante la burbuja inmobiliaria. Como explica Alonso (2019, 11), "la gestión política de la crisis económica nos ha llevado a una generalización de la gestión puramente económica de la política", lo que plantea preguntas como: ¿estamos desnaturalizando los ecosistemas al priorizar únicamente el desarrollo económico sobre el valor medioambiental? Según Deleuze y Guattari (1985, 14), "ya no existe una distinción entre hombre y naturaleza. La esencia humana de la naturaleza y la esencia natural del hombre se identifican en la naturaleza como producción o industria", lo que ilustra perfectamente lo ocurrido en el Delta del Llobregat.
A partir de estas ideas conceptuales, en 2020 se inició un proyecto que abordaba desde el ámbito sonoro las relaciones entre los medios ecosistémicos y las interacciones multiespecies, tomando el paisaje sonoro del Delta del Llobregat como punto de partida para la creación de una instalación sonora que reflexionara sobre el propio medio de transmisión. En el artículo Captura y Liberación: El capitalismo y los flujos de sonido, Cox (2020, 153) presenta la idea de cómo "la aparición del capitalismo en la Europa moderna exigió la creación de nuevas y diferentes modalidades de captura sónica". Desarrollar proyectos mediante diferentes tecnologías nos permite no solo capturar los códigos o flujos específicos de cada lugar, sino también editar los trabajos y presentarlos de manera subjetiva. Cox (2020, 155) expone que "con la invención de la grabación de audio, esta codificación de flujos sónicos se intensificó y se iniciaron nuevas formas de desterritorialización paralelas. El registro electrónico servía para atrapar el sonido en contenedores intercambiables", permitiendo que tanto en la música experimental como en el arte sonoro se concreten proyectos expositivos donde el registro no procesado se manipula por el artista para generar nuevo material acorde a lo que quiere representar.
En un mundo en constante transformación condicionado por el capitalismo económico, el proyecto de investigación artística Hidrofonías Deltaicas explora a partir del paisaje sonoro del delta del Llobregat, el vínculo entre especies humanas/no-humanas, así como la forma que tenemos de relacionarnos en un entorno multiespecies. El proyecto gestado entre 2020-2022 abordó la creación de una instalación sonora que exploraba los diferentes aspectos ecosistémicos acontecidos tras la transformación medioambiental sucedida durante las últimas tres décadas, partiendo de la ecología acústica del lugar y el agua como material de trabajo. La ampliación del aeropuerto de Barcelona, el desvío del tramo final del río Llobregat y la ampliación del puerto han transformado el espacio causando afectaciones medioambientales de gran impacto ecológico. El proyecto formó parte de la exposición Imaginarios Multiespecies, el arte de vivir en un mundo de contingencia e incertidumbre (2022), celebrada en el centro de arte la Capella de Barcelona donde se combinaba una experiencia sonora a partir de los registros fonográficos realizados en los 20 principales sistemas hídricos del Espacio Natural del Delta del Llobregat, con las alteraciones sónicas producidas por el impacto acústico ambiental generado por la acción humana.
El proyecto Hidrofonías Deltaicas se presenta como una investigación artística destinada a visibilizar temas sociopolíticos, ecológicos y de interacción multiespecies en los ecosistemas, en un mundo continuamente transformado por el capitalismo económico. La especie humana, aunque no es el único agente de cambio en la era actual, está influenciada y moldeada por las dinámicas del capitalismo, alterando todos los ecosistemas circundantes. En el libro Seguir con el problema, Haraway (2019, 84) examina la idea del impacto humano en el medio ambiente desde una perspectiva antropocéntrica, atribuyendo la responsabilidad de la transformación ecosistémica al desarrollo humano y señalando que "si tan solo pudiéramos tener una palabra para estos tiempos, debería ser, Capitaloceno", una metáfora económica del momento como modelo geológico que evidencia la transformación del mundo que dejaremos para las arqueologías futuras.
Esta era del capital ha permitido un desarrollo económico globalizado que ha mejorado la vida de muchas personas, pero también ha causado la pérdida y destrucción de hábitats enteros. El desarrollo económico impulsado en todo el planeta ha tenido consecuencias desastrosas en nuestro país, evidenciadas en numerosos proyectos durante la burbuja inmobiliaria. Como explica Alonso (2019, 11), "la gestión política de la crisis económica nos ha llevado a una generalización de la gestión puramente económica de la política", lo que plantea preguntas como: ¿estamos desnaturalizando los ecosistemas al priorizar únicamente el desarrollo económico sobre el valor medioambiental? Según Deleuze y Guattari (1985, 14), "ya no existe una distinción entre hombre y naturaleza. La esencia humana de la naturaleza y la esencia natural del hombre se identifican en la naturaleza como producción o industria", lo que ilustra perfectamente lo ocurrido en el Delta del Llobregat.
A partir de estas ideas conceptuales, en 2020 se inició un proyecto que abordaba desde el ámbito sonoro las relaciones entre los medios ecosistémicos y las interacciones multiespecies, tomando el paisaje sonoro del Delta del Llobregat como punto de partida para la creación de una instalación sonora que reflexionara sobre el propio medio de transmisión. En el artículo Captura y Liberación: El capitalismo y los flujos de sonido, Cox (2020, 153) presenta la idea de cómo "la aparición del capitalismo en la Europa moderna exigió la creación de nuevas y diferentes modalidades de captura sónica". Desarrollar proyectos mediante diferentes tecnologías nos permite no solo capturar los códigos o flujos específicos de cada lugar, sino también editar los trabajos y presentarlos de manera subjetiva. Cox (2020, 155) expone que "con la invención de la grabación de audio, esta codificación de flujos sónicos se intensificó y se iniciaron nuevas formas de desterritorialización paralelas. El registro electrónico servía para atrapar el sonido en contenedores intercambiables", permitiendo que tanto en la música experimental como en el arte sonoro se concreten proyectos expositivos donde el registro no procesado se manipula por el artista para generar nuevo material acorde a lo que quiere representar.